martes, 6 de diciembre de 2011

EL VIVIDOR

EL VIVIDOR

Tras comerme un buen asado,
con mucha grasa y aceite,
me fume medio paquete,  
y el coñac, ya fue un deleite.

Luego me senté tranquilo, 
para ver un buen partido
una bolsa de patatas, 
de cervezas doce latas, 
y pronto quede dormido.

La grasa de mis arterias ,
parecía una cosa seria 
pero yo siempre decía:
¡Aquí que no haya miseria!

Un día note un dolorcillo
en el brazo y en el  pecho, 
y por no tomarlo en serio 
ahora habito el cementerio.

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