martes, 6 de diciembre de 2011

EL DICTADOR


EL DICTADOR

El dictador repasó por última vez el decreto. En el prohibía a todos los hombres del país el uso de pantalón corto, por ser indecoroso, y degradar la imagen de la nación.


Estaba satisfecho con la redacción, y, dando por terminada la tarea, se dispuso a partir. En una hora pasaría revista a las tropas, y asistiría al fusilamiento de un grupo de opositores. Se enfundó el sable de gala y se alisó el bigote frente al espejo. La imagen que este le devolvía le agradó. Imponía respeto, o mejor aún, terror, y eso era lo que quería transmitir. Era la única manera de mantener tranquilo al populacho.

Cuando se disponía a salir de palacio, una terrible voz, más autoritaria aún que la suya le gritó:

- ¡Fernandito! ¿Te has quitado esos ridículos pantalones que te hacen parecer un invertido?

No contesto a su madre, y se alejó en silencio mientras las orejas le enrojecían.

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