lunes, 28 de mayo de 2012

EL ÉXITO SE PAGA CARO



Fue declarado inocente. Otro éxito para mi. No fue necesario interponer el recurso, aunque yo ya lo tenía preparado, por si acaso. Convencí al tribunal de que se trataba de un simple atropello. La causa del accidente fue la niebla. Una tragedia si, pero mi defendido no era tal como mantenía el fiscal, "el conductor psicópata", al que se atribuían mas de 30 asesinatos mediante atropello. Y era la pura verdad. Antes de irme a pasar el puente de diciembre a la montaña pase a hacerle una visita, estaba dando un paseo, y juraría que me reconoció un segundo antes de que lo atropellara, y su cabeza estallara como una calabaza. Chof, chof, escuché. Es curioso, aún nadie ha asociado los muertos por, "el conductor psicópata" con mi lista de morosos. Da que pensar.

HONOR DIECIOCHESCO



Se había declarado inocente desde el principio. Cuando fue condenado, se mantuvo en sus trece, hasta el punto de negarse a la interposición del recurso que su abogado le ofrecía. El día que ingresó en prisión amaneció nublado, y al cruzar el sombrío puente que le conducía al interior de la penitenciaría, pensó que seguía prefiriendo pudrirse en aquel lugar infecto, que admitir ante todos que su cómplice, la mujer a la que amaba de una forma total, le había utilizado todo el tiempo, para terminar finalmente traicionándolo, haciéndole cargar con el muerto. Menuda forma de darle calabazas, se dijo, pero había que resignarse… Al fin y al cabo, lo primordial para el, era mantener a salvo su honor y su reputación.

viernes, 4 de mayo de 2012

Jump

Cuando la pobreza entró por la puerta, mi amor (como manda la ley de los refranes) saltó por la ventana. No recordó que vivíamos en un quinto, y se mató. Y si no se mató, abajo le estaban esperando un grupo de banqueros rabiosos que le remataron.
Todo se precipitó por el veredicto desfaborable de un jurado. Mi cliente era poderoso, y tras responsabilizarme del resultado del juicio comenzó a demoler mi vida mediante triquiñuelas. Me introdujo en un laberinto de trampas, y en poco tiempo acabó con mi reputación.
Luego todo se precipitó, me expulsaron del colegio de abogados, fui inhabilitado, y me arruiné. Ahora paso los días rebuscando en el yacimiento de mi memoria. Sueño con encontrar la forma de vengarme. La pobreza me mira, y no dice nada. Solo sonríe. Veremos si lo sigue haciendo cuando caiga cinco pisos.
El amor salta por la ventana.

domingo, 18 de marzo de 2012

Ya llego.


La rueda trasera de la moto lanzó  la gravilla, en una ráfaga que acribilló al propietario, que venia corriendo por detrás. Salí disparado. En unos segundos alcancé la máxima velocidad, unos 260km/h. El tiempo se ralentizó, quizá debido a la adrenalina, que mi corazón distribuía a borbotones por mi organismo, o a la rapidez con que el paisaje quedaba atrás.
Recordé su SMS:
<Cariño, nos han encntrdo. Coches negros aparcads en l puerta. Vn rápido, voy a escondrm con la nña n l sótano. Tengo miedo!!!>
Me mordí el labio inferior, culpándome  por dejarlas solas, para ir andando a por víveres.
Apreté el codo contra mi costado, hasta notar la dureza del revolver...
Concentración.
Imaginé la secuencia: Frenar, desenfundar, disparar a la cabeza, acabar con todos, recogerlas y huir.
Nunca dejarán de perseguirnos.
Y todo, por inventar un motor que funciona con agua.